martes, 25 de octubre de 2011

Soledad.


Esa sensación de que no estás solo, porque te rodea mucha gente, pero...
Pero la verdad es que sí que lo estás.
¿Quién piensa en ti si no eres tú?
¿Y si tú no piensas en ti? ¿Qué te espera en el futuro si eso no pasa?



Esa sensación de que no le importas a nadie...
A ninguna de las personas a las que antes parecía que sí.
Un poco de espacio, un poco de tiempo... Mil y una situaciones posibles.
Pero sólo una va a ocurrir.
Separación, distanciamiento, aislamiento... Soledad.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Miedo.

A ella, después de volverle la vida,también le vuelve el miedo.

Mucho miedo.


Miedo a todo.
A perder lo que tiene. A perderle a él.
A perder un sueño. Su sueño con él. Bueno, un sueño que quizás sea una pesadilla, porque si se despierta y ve que él ya no está, y que lo que ha ocurrido no ha ocurrido como ella así pensaba, que se han esfumado todos esos momentos imaginarios... Eso ya no será un sueño, será una pesadilla, tremenda pesadilla.

Porque la realidad ya no es realidad, es surrealidad. Todo está por encima, o por debajo de lo que ella llamaría "lo real". Quizás nadie entienda lo que para ella significa decir esto, pero es demasiado. Todo le supera, todo es demasiado complicado como para comprenderlo.

Casualidades que se resiste a creer que lo son. No, no lo son.
Es el destino. Su destino, tu destino, el que sea, que se cruzan porque sí, arbitraria y gustosamente, jugando con las situaciones. Situaciones, que ni cortas ni perezosas, hacen que creamos que ha sido una casualidad que sucediera. Y no. Nuestro destino puede cambiar, está claro, pero si tenemos que llegar a uno punto en común, da igual de la forma en la que ocurra, porque al final acabará ocurriendo, queramos o no. Lo que transcurre hasta nuestro final, hasta nuestro destino, nunca mejor dicho, no está escrito. Pero el fin sí, quieras o no.

Y mientras se va dando cuenta de todo eso... Para ella todo es demasiado grande, como una habitación a la cual no le ves el techo, ni las paredes...pero sabes que es una habitación aunque no las veas. Lo sabes, pero no eres capaz de comprender el porqué de esa situación, el no ver ese fin, porque todo te supera.



Porque aunque parezca mentira, la realidad termina siendo tan surreal...

sábado, 29 de noviembre de 2008

Ella.

Ella ha vuelto a morir, y ha vuelto a resucitar.

Bueno, ya sabes, ella en sí no, si no esa parte que sí que lo puede hacer.
Su alma.

Sí, su alma otra vez ha caído por el precipicio, por el mismo, he de decir.
Y qué otra opcion tiene, ninguna más que la de volver a resurgir de sus cenizas, cual Fénix.

Su alma...Tan fuerte, alegre, que da todo y más de sí, claro está, eso es lo que le parece a la gente.
Pero no, es frágil... Tan frágil que con solo tocarla con un dedito, ya se debilita, y cae en las riendas de quien lo haga. Y ella no niega su felicidad, es más, le gusta admitir que es feliz, pero todo es tan diferente cuando se encuentra sola en medio de tanta gente... Es como si tuviera una cápsula a tu alrededor que la aislara de todos los demás y pasara desapercibida. Que, a veces, no lo niega, no está mal, porque prefieres no ser atacada con tanta pregunta sobre qué te pasa, pero otras...
Otras necesitas de esa gente para hacerte valer, para hacerte sentir que estás viva, que eres alguien. Alguien para otra persona.
Y cuando te ilusionas, y ves que sí que eres alguien para otra persona, todo es felicidad. Vale, todo no, casi todo. Pero la mayor parte del día todo es felicidad.
¿Y qué es lo que pasa cuando no está esa persona? ¿Y cuando parece que no le importas?

Todo se le viene abajo, o eso le parece. No entiende cómo puede ser tan dependiente, nunca le ha gustado serlo, pero así es.
Esa fuerza, esa valentía que aparenta tener...
Se esfuma. Todo.

Y muere el alma...Y con ella, tantas cosas...


http://www.youtube.com/watch?v=CwB9YSlXgpc
Tengo un alma o la tenía, y no es bastante.
Ya sabes, tanto tienes, tanto vales...
Le he robado el alma al aire para poder llevarte aquí conmigo.