sábado, 29 de noviembre de 2008

Ella.

Ella ha vuelto a morir, y ha vuelto a resucitar.

Bueno, ya sabes, ella en sí no, si no esa parte que sí que lo puede hacer.
Su alma.

Sí, su alma otra vez ha caído por el precipicio, por el mismo, he de decir.
Y qué otra opcion tiene, ninguna más que la de volver a resurgir de sus cenizas, cual Fénix.

Su alma...Tan fuerte, alegre, que da todo y más de sí, claro está, eso es lo que le parece a la gente.
Pero no, es frágil... Tan frágil que con solo tocarla con un dedito, ya se debilita, y cae en las riendas de quien lo haga. Y ella no niega su felicidad, es más, le gusta admitir que es feliz, pero todo es tan diferente cuando se encuentra sola en medio de tanta gente... Es como si tuviera una cápsula a tu alrededor que la aislara de todos los demás y pasara desapercibida. Que, a veces, no lo niega, no está mal, porque prefieres no ser atacada con tanta pregunta sobre qué te pasa, pero otras...
Otras necesitas de esa gente para hacerte valer, para hacerte sentir que estás viva, que eres alguien. Alguien para otra persona.
Y cuando te ilusionas, y ves que sí que eres alguien para otra persona, todo es felicidad. Vale, todo no, casi todo. Pero la mayor parte del día todo es felicidad.
¿Y qué es lo que pasa cuando no está esa persona? ¿Y cuando parece que no le importas?

Todo se le viene abajo, o eso le parece. No entiende cómo puede ser tan dependiente, nunca le ha gustado serlo, pero así es.
Esa fuerza, esa valentía que aparenta tener...
Se esfuma. Todo.

Y muere el alma...Y con ella, tantas cosas...


http://www.youtube.com/watch?v=CwB9YSlXgpc
Tengo un alma o la tenía, y no es bastante.
Ya sabes, tanto tienes, tanto vales...
Le he robado el alma al aire para poder llevarte aquí conmigo.